Alguien
olvidó la sombra
de su bicicleta
en la pared.
Me mira
con sus ruedas inútiles
con su número puesto
igual que un N.N,
con sus pedales
de gueto
me mira
abandonada y muda
como un muerto.
Mariana Vacs
Rosarina
La luna en el cielo mostraba un tímido cuarto menguante. En la Activa, la bandada aleteaba esperando su Luna de Pájaros. En el inicio, las efemérides del 22 de marzo, Día Internacional del Agua pero recordando también que en 1903 Cuba cedía a EE.UU Guantánamo para establecer su base militar y en 1968, comenzaba la revuelta estudiantil que conduciría al Mayo Francés. Un anuncio, el avance de la sombra empezaba a sentirse, no se puede pasar desapercibido una fecha como el 24 de Marzo Día Nacional de la Memoria por la verdad y la justicia. La idea era que la palabra hiciera memoria a lo largo del programa, a través de cineastas, músicos y poetas.
Un fragmento de “La casa y el ladrillo”, de Mario Benedetti inició la noche. Diego Slavin, acompañaba con su voz, esta vez no como poeta, sino como integrante de la bandada. Y allí estaba Gustavo Tisocco con dos significativos poemas: “En la casa de al lado” y “El foso”. Mónica Madrid fue la única cumpleañera de la semana y para ella dedicada el programa, mientras sonaban los acordes de “Las mañanitas” en la armónica de Carlos Villa Guzmán. Un poema de Gabriel Impaglione nos llevo hacia Eduardo Planas y un dato que nos llenó de alegría, de satisfacción: el regreso del Basta ya!! Un boletín que nadie puede perderse. No olviden ingresar a la página www.boletinliterariobastaya.blogspot.com.
Leimos Fronteras de Oscar Agú, a Shirley Villalba de Paraguay , a Cristina Ramb, Alvaro Olmedo y a Máximo Ballester y sobre dos autores que vivieron el horror del proceso: Miguel Angel Bustos y nuestra querida Glauce Baldovin. Hablamos de María Teresa Andrueto, de su nueva novela “Lengua Madre” . Julieta, la protagonista, nace en un sótano en el sur del país donde su madre se refugia de la dictadura militar. Miguel Angel de Boer, desde Comodoro Rivadavia, nos transmitía el dolor de la pérdida en època del proceso con un poema dedicado a su esposa y compañera Ana María Haydee Rabuñal. Miguel regresó a Córdoba, después de 20 años y podrán encontrar su texto “El brindis” en el lateral del blog. Se habló de cine, a partir de 1981, de su intento por recuperar la voz, retomar el curso de las imágenes: Tiempo de Revancha, Plata Dulce, El poder de la censura, La República perdida, No habrá más penas y olvido, Cuarteles de Invierno; Tangos: el exilio de Gardel, El ausente, La amiga, Made in Argentina. El beso del olvido, El lado oscuro, El censor, Prohibido, Por esos ojos, El visitante, Kamchatka, y La historia oficial, de Luis Puenzo, ganadora del Oscar a la mejor Película extranjera.
Se comentó sobre la presentación del libro de Marcela García Ferré ocurrido el día 17 y sobre Evangelina Sodero y la presentación de “Palabras que caminan la cornisa” en el Salon de la Medioteca Municipal de Villa María el sábado 27 de Marzo a las 20 horas. De la Peña “El carancho” , ese grupo de amigos y narradores (Alejandro Ramón, Luis Fabrizio, Eduardo Borawski Chanes, Juan Carlos Massochi, Héctor Scaglione, Hugo Portillo, Roberto Paniagua y Enrique Lombardo ) quienes editan una revista gastronómica-literaria que es una delicia y que al comenzar el programa del próximo lunes sortearemos entre quienes hayan dejado comentarios en el blog y los llamados telefónicos.
La música fue de Facundo Cabral (Entre pobres y Hola compadre) y de David Lanuscou estremecía el pensamiento con su tema “Matilde de seis lunas” de su CD Vuelo Libertario. Una llamada de Horacio Gómez desde Mar de Ajo, nos despertó una sonrisa, un paliativo tal vez, para superar la tristeza que nos produjo la partida de un artista, escultor, dibujante, poeta y decidor : Elio Israel Acosta. En tu obra perdurarás.
Gracias Diego Slavin!! Hasta el próximo lunes bandada.
Sueño quebrado
levántate y anda.
Marcha de mi frente
abre mi tierra.
Levanta
ruda muralla de niños
al dólar de fuego
y zarpa de balas.
Vuelve
joven enamorado del agua
al mordido corazón rebelde,
abraza y besa prieto hasta la llama
pedernal de lágrimas
mi corazón
clavado a pico de sangre
en las vigilias desnudas de mi cuerpo.
Miguel Angel Bustos
Hubo años atrás una exposición en el Cabildo de la ciudad de Córdoba con motivo de la Semana de la Memoria. Luis Gómez, escultor de Villa Allende, realizó una escultura realizada en chapa que inspiró a Jorge Carranza, este poema titulado “La silla”.
La silla
En la escultura / está grabada una silla.
Una silla desnuda, vacía, sola. / La toco y la recorro con mis dedos.
No es una silla cualquiera. // No es la del zapatero,
ni esa en la que la mujer se sienta / a dar de mamar al niño. / No es la del abuelo que por las tardes / matea en la vereda / hasta que cae el sol.
La silla de la escultura, / tiene guardado mucho silencio, mucho dolor.
En la silla desnuda, / vacía, sola; /los interrogaron, / los golpearon , los torturaron.
Dicen que los otros / buscaban nombres, direcciones.
Lo que no pudieron atrapar: / lo inasible, la utopía (el anhelo de un mundo mejor,
mas justo, mas humano, / en el que el hombre
no sea el lobo del hombre); / permanece allí, / en la silla sola,
en la silla injusta, /en la silla que no tendría nunca / que haber sido.
Es, cómo decirlo, /la presencia de una ternura herida que persiste / allí en la silla .
Puede tocarse, puede sentirse, / está latiendo y ha comenzado tozuda,
terca como una mula, /otra vez a caminar.
EL BRINDIS
Confieso que ni bien comencé a ver las luces de la ciudad, ya próximos al aeropuerto, el miedo me invadió sorpresivamente al tiempo que se sucedían, una tras otra, imágenes de aquel entonces.
Si bien habíamos atravesado una (“En mi país que tristeza, la pobreza y el rencor”) inquietante turbulencia – que por un momento temí fuera un mal presagio -, supe que se trataba del mismo miedo de mierda que por mas de veinte años me había impedido regresar a mi querida Córdoba, la “docta”.
Llegaba ahora sin saber con que me iba a encontrar luego de tanto tiempo, a la vez que con el entusiasmo de concretar un retorno (“Dice mi padre que ya llegará desde el fondo del tiempo otro tiempo”) ciento de veces postergado. Aunque en verdad, mi anhelo era poder reencontrarme al menos con algunos de mis compañeros y amigos, y recorrer esas calles y plazas que tanto había añorado a la distancia.
Ya en tierra, una noche calurosa y estrellada me transportó inmediatamente a aquel verano del 67’ cuando llegué por (“sobre un pueblo que sueña labrando su verde solar”) primera vez, lleno de dudas e ilusiones, a estudiar medicina. Ya camino al centro y a medida que hacíamos el recorrido, ara mi sorpresa, fui reconociendo calles y lugares que tenía por olvidadas definitivamente.
Fue así que, casi sin darme cuenta, y luego de contemplar embelesado la Plaza Vélez, cumplí con un deseo que me había prometido antes de salir de Comodoro: tomar una fresca cerveza al(“En mi país que tristeza, la pobreza y el rencor”) borde de la Cañada, acompañado por mi hijo Manuel y atendidos por una joven, tierna y simpática moza, que me recordó el encanto y la frescura de las mujeres cordobesas. Bueno, no solo de las cordobesas.
Lo que vino después será motivo, tal vez, de otros relatos, porque quiero ahora compartir mi reencuentro con ellos: mis compañeros, mi familia, mis amigos.
Enterados de mi presencia el mismo viernes que llegué, quedamos en comer un asado el domingo al mediodía. Ignoraba quienes iban a asistir, lo que acrecentó aún más mi excitación (“Tu no pediste la guerra madre tierra, yo lo sé”) y mi impaciencia. Si bien tenía alguna información, no sabía realmente quienes habían sobrevivido, a quienes se iba a poder ubicar y además habían transcurrido casi treinta años desde que nos viéramos por última vez, con muchos de ellos.
Tras haber pasado una noche bastante agitada, salí a la “reunión” con una mezcla de curiosidad y temor, de angustia y euforia, en tanto (“Dice mi padre que un solo traidor puede con mil valientes”) los recuerdos se iban agolpando de un modo errático y vertiginoso, atravesando mi cuerpo y mi mente en un torbellino imparable.
Cuando me iba acercando a la casa, bajo un sol espléndido y un cielo azul como la vida, mi corazón comenzó a palpitar intensamente al ver(“él siente que el pueblo en su inmenso dolor”), maravillado, que todos me estaban esperando en la vereda y caminaban lentamente a mi encuentro.
Fue entonces que un fulgor indescriptible se desparramó por mi pecho, casi hasta el aturdimiento. Porque me parecía imposible.
Porque tanto años, tantos, tantos sufrimientos tantos, tanto dolor, tanto, tanto espanto, tanto, se desvanecían en un instante ante ese milagro que (“ hoy se niega a beber en la fuente clara del honor”) estaba presenciando: algunos de los seres mas queridos de mi vida, se encontraban, juntos, aguardando mi llegada.
Y allí, en la vereda de un barrio cordobés, me sentí, de golpe, el ser mas afortunado de la tierra. Primero vino la Gorda, casi corriendo, con los brazos abiertos como para atraparme a la distancia. Con sus bellos ojos encendidos, exclamando mi nombre emocionada ( y yo el de ella), hasta que (“Tu no pediste la guerra madre tierra, yo lo sé”) nos fundimos en un abrazo tan profundo que nos llegó hasta el alma.
Querida Gorda.
Un poco mas allá se encontraban Juan (con su rostro siempre generoso y deslumbrante, a pesar de su evidente parálisis) con su esposa y una de sus (“En mi país somos duros, el futuro lo dirá”) hijas, a quien yo conocí de pequeña. Y juro que los brazos no me alcanzaban para acunarlos en mi pecho.
Queridos amigos.
Después nos dimos un abrazo, que hubiéramos querido prolongar eternamente, con el Negro, con quien compartimos tantas cosas que no nos bastaría lo que nos resta de existencia para poder recordarlo.
Querido compañero.
Fue entonces que estallé en un llanto incontrolable, desgarrador, de dolor y de dicha. Con lágrimas que tenía acumuladas vaya a saber desde(“Canta mi pueblo una canción de paz”) cuando, pero seguro que no menos de tres décadas, por no decir toda la vida.
Queridos compañeros.
Después hablamos, nos contamos, nos preguntamos: “pero que linda que estás”, “te acordás la vez que…”, “supiste que se murió la Negra Marta” “no me digas… puta madre..”, “pero estás igual que siempre hijo de puta”,“nunca supe como fue la muerte de la Flaqui”,“el Loco también está vivo”,”yo de haber sabido donde estabas te hubiera entregado, porque me interrogaban poniéndole la pistola en la cabeza a mi hijo….quiero que lo sepas, perdoname…”,”...dejate de joder...estamos todos juntos ahora,¿no?...”, (“detrás de cada puerta está alerta mi pueblo”),”y tu amigo...¿se murió?”...”bueno, en realidad se suicidó..”, “no me digas..”,“¿a vos también te torturaron en el Cabildo?”,”yo de pedo no fui a parar a La Perla”,”me acuerdo en el cordobazo..”, nos miramos, nos tocamos, nos besamos. Reconociéndonos. Redescubriéndonos.
Evocando y reconstruyendo un pasado que resurgía a borbotones con recuerdos que habían quedado sepultados hasta su inexistencia y que afloraban ahora intactos(“y ya nadie podrá silenciar su canción”) o bien para ser corregidos, cotejados, comparados. Como si el olvido (ese olvido)los hubiera estado protegiendo hasta este prodigioso momento.
Deleitándonos con uno de los asados más sabrosos que comí en mi vida, en la mesa más bella del mundo, felices todos, hasta el infinito, de estar juntos otra vez. La tarde fue transcurriendo(“y mañana también cantará”) serena y apacible, como si no nos hubiéramos dejado de ver nunca. Con la misma confianza y franqueza de entonces. Con el mismo afecto. Con nuestras vivencias intactas. Poniéndonos al día como podíamos. Haciéndonos regalos, mirando fotos, develando dudas, confusiones, malentendidos.
En tanto, seguíamos pendientes de la (En mi país somos duros, el futuro lo dirá”) televisión para saber los resultados de las elecciones en Uruguay, apostando a Tabaré y los tupas, claro.
¡Y yo enterándome, después de casi treinta y cinco años de habernos conocido, que el Negro es un bostero!
¡Y todos cagándonos de risa cuando le dije que de haberlo sabido lo hubiera batido para que se quedaran con un hincha menos!
¡Y yo conociendo a mis (En mi país que tibieza cuando empieza a amanecer”)sobrinos y a sus hijos, que con los otros chicos estaban disfrazados porque era Halloween, sintiendo que tiempos disímiles se superponían y entrelazaban mágicamente!
Y mas recuerdos. Y mas anécdotas. Armando rompecabezas y rompecorazones. Y mas abrazos. Y más besos. Y más caricias. Y mas miradas. Iluminadas. Dignas. Serenas. Transparentes.A pesar de todo lo ocurrido.O por ello mismo.
Fue así que, en un(“Dice mi pueblo que puede leer en su mano de obrero el destino que va a recorrer”) momento, decidimos realizar un brindis.
Y lo hicimos: de pié, alzando nuestros vasos y copas, chocándolos unos con otros, con y por la emoción de estar vivos. Brindando por todo. Celebrando por todo. Si, por todo. Por todos. Porque estábamos todos.
Porque no sé si para los demás, pero puedo asegurar que para mí no faltaba nadie.
Ni Mary, ni Marta, ni Alfredo, ni Raúl(“ y que no hay adivino ni Rey que le pueda marcar el camino que va a recorrer”), ni Aldo, ni el Gringo Tosco, ni el Che (cuyas sendas pequeñas esculturas, realizadas por el magnífico artista Carlos Benavidez, recibí de obsequio), ni el gordo Varas, ni Mena, ni Papillón, ni el Cuqui, ni Nené, ni Yiyí, ni el Tano Carlos, ni Rubén, ni tantos que ya no están, pero siguen y seguirán existiendo, por siempre.
Porque brindamos por ellos y por nuestros sueños mas(“En mi país que tibieza cuando empieza a amanecer”) apasionados. Por todo aquello que compartimos, en las buenas y en las malas, con nuestras convicciones y nuestros ideales. Por nuestra lucha. Con alegría. Con coraje y decisión, pero sin perder la ternura. Jamás. Y no la perdimos. Doy fe.
Miguel Angel de Boer / Comodoro Rivadavia , Marzo 2006
Para descargar el programa e mp3: HAZ CLICK AQUI
Je je , esta vez soy la primera, ya me estaban quitando el podio. Lily, esto muy en serio, me encantó el programa, la poesía que leyeron. Me estremecí con ese poema del final, creo que de Jorge Carranza, tomé nota para ver algunas películas que no conozco sobre el proceso, también me emocionó Matilde de seis lunas..qué decirte, más que felicitaciones
ResponderEliminarVicky Elizondo
Liliana,tengo Alacrán, ese excelente poema de Glauce, muy bueno Miguel Angel Bustos pero quería pedirte si se puede, agregar al final el poema La silla, fue impactante la lectura que hiciste del mismo. Un abrazo, buenísimo programa
ResponderEliminarSergio
Gracias Lilita por acordarte. ¡Volvimos para quedarnos!. El poema de Jorge Luis Carranza, La Silla realmente es impactante. Eso que lo hemos leido infinidades de veces no?. Pero en tu voz nos emocionó mucho. Un Gran Abrazo.
ResponderEliminarEduardo Planas y Adriana Pozzo
Gracias por la MEMORIA, un abrazo Gus.
ResponderEliminarLiliana Teresa: programa sensacional que recuerda la tragedia de varias generaciones de argentinos, desde el bombardeo sobre la Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955, y todo el resto de crímenes de lesa humanidad, incluyendo, claro está, los asesinatos de la Triple A.
ResponderEliminarTe felicito por el recuerdo, la memoria y la caidad del programa.
De paso agradezco la gentileza de leer en tu programa Las Dos Muertes de Tomás Achille, con tu voz dulce y cordobesa.
Un abrazo desde el otro extremo del mundo, Andrés Aldao
Muy buen programa, profundo, con mucha memoria!! Como debe ser,con tu manera exacta de todas las cosas y apropiadas siempre.
ResponderEliminarUn abrazo
No puedo escuchar la radio y ahora tengo problemas con la PC pero, me la están recuperando.
ResponderEliminarLili querida, me agradó halar el encanto de Mariana Vacs en tu sitio, la conocí en el taller literario de Alma Maritano y ya se destacaba su poesía cuando era adolescente.
A Miguel A. Bustos hay que leerlo y repensar en esa "ruda muralla de niños al dólar de fuego y zarpa de balas".
Lili, esa Luna que creaste tiene memoria y una singular atracción, gracias por el envío, querida amiga, va un enorme abrazo.
Betty
Me gustó muchísimo el programa, muchísimo. Todo estuvo dicho a través de la poesía, de la música, por ahí no entiendo un comentario de más arriba, no escuché nada sobre la triple AAA ni la revolución del 55, por suerte, el tuyo no es un programa político. El poema de la silla espectacular y me gustó mucho El foso también de Tisocco. Y me emocioné con la canción de Lanuscou. Un abrazo.
ResponderEliminarHoracio
Siempre es un gusto escuchar Luna de Pájaros. Muy buen programa Lily. También es doloroso recordar esta fecha. Muy bueno el poema de Glauce y el Foso de Gus, tan logrado.
ResponderEliminarSe escuchó clara y armónica tu voz, Diego, y me sorprendió tu voz Horacio Gómez, después de bastante tiempo,un abrazo. La música distinta a otras veces, pero buena.
Sí, me gustaría leer la silla, me retiré por un segundo.
Hasta otra Luna querida amiga y gracias por el saludo para "Ángulos de la Locura". Te quiero mucho.
Molly Bic, ángula nº4
Lily, muy lindo El brindis de Miguel de Boer y todo el material leído durante el programa al igual que la música. Felicitaciones una vez más.
ResponderEliminarFernando Anglada
Profundo el programa de este lunes, Lily. Esta víspera nos sensibiliza la memoria.
ResponderEliminarTodos los detalles tan bien cuidados para que la Luna no pierda su resplandor de lunes.
Como nos acostumbraste, Lily...qué más podemos pedir.
Lily, perdón amiga, si a veces no me acerco a dejar un comentario, me lo impiden mis problemitas de salud que de a poco se van solucionando. Este programa fué fantástico como los otros, que decir, sólo felicitarte y decirte que sigas así.
ResponderEliminarNorita Bramen
Neuquén
Querida Lily: ¿Todas esas cosas hicieron? A mi mujer y a mí se nos fue el programa volando. Es una hora a puro placer que deja con ganas de más. Y eso que el recuerdo nos llevaba a la más nefasta y dolorosa época de nuestra historia. Pero, la literatura y el arte tiene esa magia de convertir en belleza hasta el más inmundo e indigno de los hechos. Los poemas de Tisocco, el de Bustos y esa maravillosa silla nos emociona con su terrible, visceral e inteligente impacto. Gracias, Lily.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
Gracias Lily por poner La silla, lo pedí en otro mensaje. Un magnífico poema aunque no conozco a su autor. Es de Córdoba?
ResponderEliminarSergio.
Noche llena de luna llena de pájaros.
ResponderEliminarQuerida Lily: quería hacerte una pregunta, después de tanta entrega hacia el éter, ¿no volvés a tu casa montada en una nube de poesía?
Fue un hermoso programa! Te felicito y te dejo un gran abrazo.
Pd: Gracias!
Hola Lily!
ResponderEliminar¡Qué bueno poder recordar por medio de la poesía tantas injusticias!¡Para que no se vuelvan a repetir!
Besitos y ¡se lo extrañó a Daniel Mendieta!
Lily, excelente el programa. Y que lindo lo que pregunta Máximo, supongo que sí, que volves a tu casa en esa nube de poesía, aunque debe ser media lerda, porque solés comentar que regresás cerca de la medianoche..!
ResponderEliminarFelicitaciones una vez más
Andrea Casas