martes, 28 de julio de 2015

Luna 27 de Julio de 2015


“Las demás ovejas , que habían escuchado atentamente hasta ese momento, comenzaron a reír a carcajadas: -¡Ay, la imaginación de los niños! – dijo una riéndose. No le creían ni un poquito. Marula se sintió muy triste y se quedó apoyada contra la valla sin caminar ni hacer nada durante unos días. Se aburría como nunca antes. El corral le parecía pequeño y caminar en círculos ya no le causaba ninguna emoción.”
(De Marula)






MARTIN FOGLIACCO  visitó LUNA DE PAJAROS en una noche cálida de luna creciente y  sonaron trinos llamando a otros pájaros.
El programa contó con el auspicio de Eduardo Planas y el Boletín Literario Basta ya! que puede adquirirse en La tienda de la ciudad (Cabildo Histórico) o en Café del alba (9 de julio 482) un lugar creado por Juan Manuel Del Campillo para que convivan armónicamente el café y los libros, los juglares, la fotografía, la música, el teatro, las artes plásticas, el fútbol, los talleres literarios.
Se escucharon durante el programa, los siguientes temas: Viento, interpretado por Vicentico;  Cosas Viejas, Francisco Bochatón y en el cierre Rubén Rada con el tema: Candombe para Gardel.
Contamos sobre la presentación de “Zinnias a orillas de mi río”, primer poemario de la poeta Molly Bic de La Carlota. Y leimos dos poemas del libro.
Anunciamos el libro que se viene: “ Ando con ganas de volverme  viento” de Daniel Tomás Quintana que se presentará en Deán Funes, el 31 de julio a las 20:30 hs en Meca de Culturas, España 443  y anticipamos un fragmento de su trabajo.




Martín es docente secundario en el Manuel Belgrano, docente universitario en la UCC y en la Universidad de Avellaneda en Buenos Aires. Especialista en abordaje de problemáticas sociales y trabajo en desarrollo territorial, llevando adelante actividades con jóvenes y también con empresarios/as. Los lunes al mediodía se lo puede escuchar en Laburantes, Radio La Ranchada.
La idea fue la presentación de MARULA, una oveja curiosa que observa y pregunta, hasta que un día decide explorar más allá del corral. Decidida y segura, recorre un camino nuevo para ella que le permite conocer personajes que le enseñan a reflexionar sobre la solidaridad y los habitantes de la naturaleza. Sus capítulos guardan el sabor que mamás y papás ponemos a las palabras cuando inventamos cuentos y los colores con que imaginamos el futuro de nuestros niños.



Le pregunta Marula a su padre:
“¿Vos también te fuiste de tu corral?
Una vez salí a conocer el mundo. Encontré este lugar. me gustó y me quedé
Este es el corral que yo elegí pero no tiene que ser el que elijas vos.

Se habla de Marula diciendo que es filosofía contada a través de las aventuras de una oveja. Se puede comprar el libro o a Marula en peluche o una remera que lleve a pasear su nombre en Café del Alba, 9 de julio 482 o en Punta y Hacha – Remeras que sueñan, en Belgrano 612. Martín además escribe cuentos policiales y otros relatos, y nos leyó  “La calesita” un texto sensible que también nos deja enseñanzas.
Como viajero que recorrió a dedo con su hermano países como Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Brasil nos contó anécdotas del viaje, nos llenó los ojos de asombro. 


¡GRACIAS MARTÍN!

Esa calesita

Varios años después estaba preparado para todo, ya había superado aquella relación, ya había ganado todas las batallas. Mi hija seguía creciendo, yo seguía trabajando, todo iba mejor...
Y por esas cuestiones de la casualidad volví al lugar donde habían pasado aquellos años, los peores de mi vida, los del desempleo, la separación, los de la vida en la ruta sin más sentido que el de ida y el de vuelta. Volví. Nada me pasó, no se cumplieron las nefastas expectativas que tenía de mi reencuentro con la ciudad que me había visto convertirme en un estropajo. Había regresado, después de años, a la sonrisa; lo había superado. Y volví. Por esas cosas de la vida, volví. Por trabajo, justamente al lugar en el que siempre había sido desempleado, volví por trabajo. Y entonces me crucé con las calles, la gente del lugar era la de siempre, seguía sin saludarme nadie, nadie me conoce, nadie quiere hacerlo, me importa bastante poco; ciudad hermosa, gente horrible, como en tantos otros destinos de nuestra querida patria agraria.
Ahí estaba la panadería donde siempre compraba los criollitos, el café de la plaza, el escudo enorme de la ciudad en el medio del centro cívico; todo donde siempre. Pensé que esos sitios iban a remover en mi memoria sensibles recuerdos pero no fue así, todo estaba superado y hasta sentí una suerte de disculpas, como si uno pudiera darse el lujo del perdón con una ciudad. Sin embargo, ¡esa calesita! Maldita y desgarradora calesita de la mismísima muerte. Esa calesita fue demasiado para mí: estaba apagada, cubierta con lonas que no permitían que la llovizna moje los caballitos, los autitos y el pato que tenía, según mi memoria. Por fuera la rodea la misma reja verde para que los chicos no se escapen o no se cuelen, están los mismos banquitos rojos hechos de apenas dos tablitas de madera; cuatro son, clavados a la tierra. Fue demasiado para mí. El día nublado, lloviznoso, lúgubre como el sentimiento que me recorría la línea de tiempo en ese momento. Dejé caer el bolso apoyado contra la reja, encendí un pucho y apoyé los codos. Ahí estaba yo, con mi hija, la había pasado a buscar por la casa de su madre, hacía días que nos habíamos separado, nos veíamos en la puerta de lo que había sido mi casa y la nena salía corriendo a saludarme, como si yo fuera un buen padre. Qué sonrisa me habrá conocido en ese momento, no había manera de esconder la miseria de la que estaban compuestos todos mis órganos en ese entonces. Y salíamos a la plaza; yo no tenía casa en esa ciudad pero por suerte, nunca mi hija conoció dónde dormía cuando iba a verla. Solo la plaza, dos añitos tenía y me abrazaba como si yo fuera una persona en lugar de un trapo. Señalaba la calesita, esta calesita que tengo ahora mismo al frente mío, que está cerrada, llovida y lúgubre; la señalaba y con sus gestitos de dos años me invitaba a que la invite a dar una vuelta, que siempre terminaban siendo muchas más. Y sonreía, como si no pasara nada, y yo sabía que iba a llorar cuando le dijera chau, nos vemos la semana que viene, el peor padre del mundo en esas lágrimas. Qué cara habré tenido detrás de la sonrisa que intentaba dibujarle cuando pasaba saludando desde el pato, que era su preferido, qué color habrá tenido mi piel en ese momento y cuál habrá sido el tamaño de mis ojeras. Ahí estaba yo, esa maldita calesita, cruel, por qué sigue viva, ¡la tendrían que haber demolido el día que dejé de ir con la niña! Fue demasiado para mí. Terminé el pucho y casi como un acto reflejo encendí otro, me quedé un ratito más, alimentando el dolor, saqué una llave del bolsillo, rayé otra vez vos en la reja mientras daba bocanadas hondas y dejaba salir el humo por la nariz. Me alejé un poco y vi todo más de lejos durante horas, la imagen seguía ahí, estoy con mi hija, jugando en la calesita, gira en el pato y pide otra vuelta, yo la compro pensando que eso va a compensar la cara que tengo. Los faroles empiezan a encenderse; la noche, por fin, la hora de partir, me doy vuelta, le doy la espalda a esa calesita y me voy caminando despacio.

Martín Fogliacco

Agradecemos el acompañamiento de
Andrea Forchetto, Olga Ferrari, Judith Rodriguez, Luis Gerbaldo, Gabi Bustamantey Elena Zitelli.
Los mensajes recibidos de:
Griselda Rulfo, Vicky Elizondo, Mónica Palavecino, Antonia Rubio y Ricardo Gutierrez.

PRÓXIMO INVITADO:
DANIEL QUINTERO




jueves, 23 de julio de 2015

Luna 20 de Julio de 2015







Tiempo

Encontré el árbol
que se secó en mi casa,
acurrucado,
adentro de mi cuerpo.

Time

I found the tree
That got dry at home.
I found it curled up
In my body


Poema de Amanda Tomalino
Traduccion de Julia Guzmán


Se escucharon trinos desde una luna menguante de borde rojizo. Se escuchó el aleteo de los pájaros al acercarse. También sería una noche de tonadas. Amanda Tomalino nació en San Marcos Sierras y su canto es igual al susurro del agua del arroyo cuando pasa. Amanda ha publicado plaquetas, cuadernos de poesía y editado en poesía : De sortilegios y pasiones, 1998-1999; Calendario de flecha, 2001; Los ojos del lobo, 2005; Equinoccial, 2007; El cuerpo infinito, 2010 y Thesión-la isla del laberinto, 2012.  Los poemas traducidos  al inicio de la reseña pertenecen a la Edición Bilingûe de “Un lugar en el espejo”, de Alción Editora.
El programa fue auspiciado por Eduardo Alberto Planas y el Boletín Literario Basta ya!, pueden conseguir su Nro. 140 (Julio-agosto) en Café del Alba, 9 de Julio 482: una reseña de la presentación de la Antología de Luna de Pájaros, poesía de Jorge Luis Carranza, Rocío Jimenez, Elena Zitelli, Isabel Cadogan, Marcela Rosales, Pablo del Corro, Julio Taborda Vocos, Marta Lopez Araya, Alicia Diaz, Dossier de Juan Martin Velázquez,  Cine por Leonardo Arce, notas de Sergio Pravaz, el Grupo Trasplantación y su CD Mudanzas, entrevista a Laura García del Castaño por Enrique Solinas entre otros temas.
Leimos a  Luciano Armando y a René Char. Escuchamos a cantantes cordobeses:  Luna Cautiva – zamba del Chango Rodriguez en la voz de Lucila Rodriguez Pesce y Tierra Natal: La Gallina Cocorita de José Luis Aguirre y Rascanubes, un tema de Mutty Torezani interpretado por Silvia Lallana.
El aire a cuarteto que nos dejó La Gallina Cocorita nos dio pie para comentar que se viene nuevo libro de Dario Falconi, poesía en relación a ese género popular cordobés. El libro se titula “Yo soy usted” y la presentación oficial será el 11 de setiembre en el Centro Cultural Comunitario Leonardo Favio.
El viernes 24 de julio se presenta en La Carlota el libro “Zinnias a orillas de mi río” de la poeta Molly Bic. Será a las 20:30 hs en el Salon de Bomberos Voluntarios en Gral Gûemes 1336. Música a cargo de Nora Jaime y Jorge Bustos.





La única muerte
A cada momento
soy la huella de otros hombres.
Un abismo lacerado de afanes.
El pequeño animal que no comprende.

A cada momento
y a punta de mi espalda
recorro  cicatrices
que me miran calladas.

Y el grito peligro
es esta piel con la que hago el día
el fuego que soy
y que me lleva.

Amanda Tomalino

Con Amanda hablamos de la palabra, de la palabra que nos llama, de la inicial, la que se vuelve una obsesión y empezamos a morarla, a gustarla y transformarla. Hablamos del acto poético, del lugar de la casa donde escribe, del paisaje , de la gente de pueblo, de la felicidad, los afectos, los viajes, la cultura oriental,  del oficio de escribir, del libro que se viene, del amor, de la vida y la muerte, la realidad y los sueños. Por supuesto, mucho más entre las grietas desprendidas del silencio.

¡GRACIAS AMANDA POR TANTO!

Y dejamos a nuestros lectores con más de su poesía:

Sombras
Soy la que inflama
el abismo.
La que escarba sin fin
el miedo.
Mirándolo morir
entre las sombras.

*

Recostada
en la palabra lluvia
soy pez
           naciendo.
Una puerta
           abierta,
Una expansión
             de arena.

*

Soy el último círculo
en este territorio
de fuego.
La piedra anterior
y la angustia.
Soy un cuerpo
partido
sustentando callado
el olor
del desgano.

*


A veces recupero
la astucia
            de la serpiente
que escucha el invierno
y cambia,
la certeza del hacha
en las cavidades
de mi sangre.
A veces regreso
con el cuerpo pegado
al olor de la palabra,
una extraña espuma
que me abre
                  la garganta.

*


Pasa el tren.
Pero un tren
no alcanza
para contar la historia.

En el centro de la huerta
el limonero
de pulpa cotidiana
y amarilla.

El fuego de enero
entre las uvas
y la luz de la tarde
en el laurel.

Qué será
de aquel viaje
y de los días,
en que ella nos mostraba
el corazón,
de los higos maduros.

Amanda Tomalino



Pese a que internet, jugaba para el enemigo como dice el amigo Daniel Quintana, agradecemos los mensajes recibidos de:
Antonia Rubio, Griselda Rulfo, Nito Biassi, Julia Guzmán, Rosa Gomez, Cristina González, Vicky Elizondo, Cintia Martinez, Daniel Quintana, Betty del Valle y Abril, Rubén Capodaqua, AdaDeangeli, Osvaldo Risso Perondi y   Lucila Rodriguez Pesce



jueves, 16 de julio de 2015

Luna 13 de Julio de 2015

No y sí
Ella rehúsa y calla.
Pero la oscura y verde
mujer que vive dentro
de ella
muerde rabiosamente
y traga.

Circe Maia






Me sangra el mundo por las manos
escribo cicatrices

Anamaría Mayol

Un trino que se desprende en la noche para convocar a los pájaros y un poema de la invitada: ANAMARIA MAYOL  para inaugurar la noche. Anamaría nació en La Pampa y reside en San Martín de los Andes. Es profesora de Historia y Geografía y cuenta con tres postgrados en Planificación Urbana y Regional en Gestión Ambiental.  Publicó más de 40 antologías en Argentina, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, México, Nicaragua, Puerto Rico, Perú y Uruguay. Su poesía ha sido traducida a varios idiomas y tiene diez libros publicados y la misma cantidad de inéditos. Hay que escucharla y es su voz la que contiene la belleza de su poesía.
El programa estuvo auspiciado por el Boletín Literario Basta ya! que dirige Eduardo Alberto Planas. Y escuchamos durante el programa: “El niño que miraba el mar” interpretado por Luis Eduardo Aute; “Me gustan las mujeres con pasado” por Cacho Castaña y en el cierre, “La mentira” por Ana Belèn.
La voz de Mario Diaz fue nuestro homenaje a los cumpleañeros de la semana: Esteban Foddanù, Eduardo Chavez, Olga Cabrera Ladu, Amado Storni, Román Carballo, Gladys Perez de Jaliff y Emanuel Fernando, Jorge Ortiz, José Santiago, Andrés Utello, Graciela Bialet, Cynthia Rascovsky, Carlos Garro Aguilar y Jorge Ledesma.

Aseo

Ventilo la casa
echo perfume en los pisos
prendo un sahumerio

todo huele a podrido
a sal y muerte

a podrido
igual que esa tristeza
cuando te fuiste

esa tristeza aseada
limpia
refregada

que ninguna lluvia lava

*

Zurda

Notaste que era zurda
mientras me desvestías con los ojos

mientras leía un poema
sosteniendo el libro con mi mano izquierda

mientras hablábamos de política
mientras pelaba una manzana

mientras lloraba
cuando paseando por la ciudad
veía las grandes villas miseria

mientras te decía que era docente
en una escuela pública

mientras me ataba el moño del zapato
mientras hablaba de la igualdad de género

y pensaste seguramente
que era un error

que todo era un error de la naturaleza

mientras me alejaba de ti
para no regresar
saltando
sobre mi pie izquierdo


Anamaría Mayol




Asì dice nuestra invitada en estos dos poemas publicados en “Rutas” una antología con selección y prólogo de Gito Minore. Pero nosotros, la teníamos aquí en nuestra luna y la aprovechamos. Nos comentó  que las palabras de Marcelo Gobbo en la contratapa de “Rara especie el amor” su último libro tiene alguna certeza, que su poesía efectivamente construye puentes hacia Julia de Burgos y Gioconda Belli; nos habló sobre lo mucho que escribe, cuanto influye el paisaje de San Martín de los Andes, nos habló de su lugar en el mundo, de ver la vida como un milagro, de los afectos, el amor, la familia. Todo lo demás vino de la mano de la poesía.






¡GRACIAS ANAMARIA MAYOL POR LA DICHA DE COMPARTIR LAS PALABRAS!


Poema en fuga

Anda en fuga un poema por la casa
encontré sus pisadas desveladas
sus gestos húmedos
sus anunciadas lluvias

lo busqué entre las sábanas
esta mañana

hallé restos de piel intactos
con tu aroma
la magia de la noche
                    sus enigmas
las primeras estrellas
la cola de un cometa

lo busqué
en la cocina de mi casa

sabores cotidianos regresaron
con tu sal
                     a la boca del recuerdo

en los estantes de la biblioteca

entre las hojas en blanco
que lo esperan
verticales palabras precipitaron descalzas
desnudas subversivas
               sobre las líneas de mis manos

reiterando el llamado de tu nombre
como un eco
que bulle en el abismo

Anda libre un poema
                        por el mundo

esta mañana lo divisé en la arena
que copiosa llovía desde el cielo

cuando el viento del suroeste
irrumpió en el valle

traía cenizas blancas y grisáceas
un magna de horizontes
de paisajes

un lenguaje sin tiempo que atrapaba

Despacio
se enredó entre las cortinas

Las levantó en el aire como un mago
se deslizó en silencio por el patio

lo sedujo
a fugarse tras los pájaros
tras el temblor
                           que albergan las palabras

ahora libre el poema
                           peregrina

yo huérfana de él
                      lo estoy buscando

*



Mientras no escuchas

Llevo un lado quebrado
parchado
sin luz
aquí
justo en la cicatriz

lado amordazado
que grita
mientras no escuchas

*
El lado que cruje

Hay un lado que cruje
gime
que me hace ruido todo el tiempo

un lado terriblemente oscuro
que me habita

grita entre las sombras
cuando el silencio es la mejor excusa
crea
                    escribe
me dicta en el oído
desnudando vértigos y asombros

hay un lado misterioso
                     caótico
inadecuado lado que resuena
piensa
se alza indomable sobre la noche

sonámbulo trae la memoria
horada huesos
                           me ahueca

un lado
necesario que no niego
donde habitan mis monstruos
mis secretos placeres
                      sin vergüenza

lado
                 que cruje
que siempre tiene la última palabra

arrebatada al viento
                               y se sonríe.


Anamaría Mayol




Gracias a la cantidad de oyentes que sobrevuela la luna cada lunes.

Y a quienes participaron y nos dejaron su mensaje Daniel Quintana, Graciela Roqué, Nancy Wild, Ivana Szac, Dario Falconi, Susana Zazzetti, Jeremías Compagnuci, Cris Gallardo, Cristina Gonzalez, Rosa Gomez, Molly Bic, Pedro Altamirano, Irene Laje, Vicky Elizondo,  Marcelo Gioino, Lelia Recalde, Ada Deangeli, Griselda Rulfo, Jorge Ledesma y Rubén Capodaqua.


PRÓXIMA INVITADA:
AMANDA TOMALINO