Poesía / esa melodía / de renglones cortos / donde
cada palabra / pesa mucho más.
cada palabra / pesa mucho más.
Gustavo Carranza.
Otra Luna. Las sombras de los pájaros se cobijaban bajo el ramaje de la luz. La seductora voz abre la cortina de la noche. Más de un pájaro debió quedar extasiado, asilado en el misterio de las palabras. La invitada era nada menos que NERINA THOMAS, escritora, conductora del programa radial “Compañeros de la noche” por Lt8 radio Rosario. Quien escucha siente que un ángel le habla, ella tiene la virtud de poner paños fríos en la frente de la vida. Amado Storni como siempre con sus Pájaros de Barro para encender el fuego de la poesía. Pero sucede que Diego Slavin, poeta y seguidor del programa , sugirió poesía “refrescante” y entonces, a nuestros oídos llegaron textos de Máximo Ballester, Rolando Revagliatti, Gustavo Olaiz y el querido Jorge Estrella. El programa se desarrolló con una telefonista de lujo, ya que nos acompañaba Marité Archina. Y también estaba un amigo de la luna, Daniel Mendieta, cuya mirada le dicta a su mano por donde debe deslizarse el lapiz, dónde poner color en el papel. El resultado: la excelente caricatura que pueden apreciar en la foto. Y Jorge Carranza, con su poema Terrazas, plasmó a pedido – la belleza de un momento vivo. Y no faltaron los cumpleañeros y Las Mañanitas en la armónica de Carlos Villa Guzmán . Nuestro historiador estrella, el Prof. Carlos Ighina nos contó una hermosa historia de amor en tierras cordobesas, que pueden disfrutar a la derecha de la reseña.
Duele cuando un poeta parte. Pero sabemos que dejan la palabra, cual una semilla germinando y entonces ese dolor es como una tierra árida recibiendo una lluvia intensa. Partieron de la tierra dos excelentes poetas: Nunú Macadar que estaba viviendo en Israel, una mujer que significó muchísimo para las letras cordobesas. Y María del Carmen Ruiz, de quien se leyó un poema, del cual sólo unos versos : “El caos ya fue, / la luz del génesis / y mi útero gestan el poema./ La savia de mis dedos alimenta / las brasas del lenguaje / decapitando el silencio. “
Hubo sorteos, y Susana Lamberti fue favorecida con el libro “ Zamira y otras vidas” de la escritora Alejandra Zarhi . Uno de los CD de Nerina Thomas con el Seminario de Vida desde el conocimiento fue para Molly Bic de La Carlota , y el segundo para Betty Badaui de Rosario.
Y que más decir: Escuchamos a Edith Piaf , a Frank Sinatra con Carlos Jobim , a Rene Thomas en Amante pero la música en esta ocasión vino – sin dudas - de la voz de la invitada. De ella, este texto:
El camino fue agreste
de zondas
nieve
lluvia
inundaciones
tsunamis de tristezas
Nada es para siempre
Ya madura
un hombre me descubre mujer
Propone sueños con sol
amaneceres abrazados
noches compartidas
infinitud
y entonces, busco cerrar
esas viejas historias
de medio siglo a cuestas
Un hombre me descubre mujer
¿Sus pertenencias?
Experiencia
carisma
conocimiento
ternura
¿Su ofrenda?
La alegría
y una presencia eficaz
para mis días.
“Un amor en tierras cordobesa”
Colaboración del Prof. Carlos Ighina
Amigo de Luna de Pájaros.
En tiempos en los cuales el matrimonio solía ser resultado de componendas familiares, especulando con conveniencias económicas y sin atenderse demasiado a los sentimientos, Luisa Martel de los Ríos y Jerónimo Luis de Cabrera vivieron un amor pleno, física y moralmente luchado, permitiéndose el romanticismo en medio de la dureza de responsabilidades, trabajos y parajes.
Se habían conocido en el Perú. Ella era viuda de Garcilaso de la Vega, padre natural del famoso inca Garcilaso de la Vega, el que por el grito de la sangre nos transmitiera mucho de la sabiduría de los quechuas; él, Alférez de la Real Armada en un principio, era un funcionario de la administración española cercano al virrey Toledo. Supieron, como tantos enamorados, de la dulzura del flechazo y se casaron felices. Jerónimo era de agasajar a su mujer con las delicadezas de la época; y ella, fuerte en su carácter, opinaba junto a su hombre, compartiendo con intensidad sus días.
Vivieron en el Potosí y llegó luego la designación como gobernador del Tucumán. Allí recalaron junto al río Dulce, en Santiago del Estero, y allí, más modestamente, continuaron las delicias de su amor. A Jerónimo le llegó la orden de fundar una ciudad en la región de la actual Salta. Ambos meditaron el mandato y Jerónimo partió resuelto. Fundaría más al sur, por el bien de la Corona y por razones reales de estrategia geopolítica. Llamó al nuevo pueblo Córdoba y en ese nombre estaba el contenido del perpetuo homenaje a su enamorada, pues Córdoba era la ciudad de origen de los padres de Luisa.
Fue una fiesta, la primera gran fiesta a la vera del Suquía, cuando ella, junto a otras mujeres, llegó en carretones al precario fuerte que se había alzado en las barrancas. En la humildad de un rancho, con sus hijos, dieron continuidad a su amor.
Pero, la visión y la lealtad de Jerónimo y las ilusiones de Luisa fueron castigadas por la crueldad de un nuevo funcionario y el romántico sevillano condenado a una vil muerte. Luisa lo siguió engrillado a Santiago del Estero, impotente de hacer nada, sin siquiera poder despedirse y presenciando como remataban las ropas de su querido.
Más el nombre de Jerónimo siguió latente y Luisa luchó con empecinado empeño por el rescate de su prestigio de caballero y hombre de bien. Logró sus fines, el amor la apuraba; dejó una estirpe y prolongó una sangre que transita por la Córdoba de sus sueños.